Los conceptos de consonancia y disonancia hacen referencia a la cualidad de una serie de sonidos (intervalos, acordes, etc.) según el grado de acomodamiento o de tensión entre ellos. Se trata de conceptos que han ido variando junto con los cánones, las reglas y los estilos para componer música. La evolución de la música poco a poco ha ido acostumbrando el oído de las personas a diferentes intervalos y armonías, por lo cual gradualmente se han ido aceptando más intervalos como consonantes y se han empezado a utilizar intervalos más disonantes para crear tensión. Desde principios del siglo XX muchos compositores han aceptado el concepto schoenbergiano de la "disonancia emancipada”, en la que intervalos y acordes tradicionalmente disonantes pueden tratarse como entidades armónicas relativamente estables, funcionando de hecho como "consonancias superiores” o más remotas.[1]